Esta semana hemos comenzado a rehabilitar a Piru, un Mix de galgo con 9 ańos recién adoptado que presenta muchos miedos.
Su propietario, (Primo hermano mío), sufrió la ida de su compañero de siempre y sintió la necesidad de ayudar a otro perrete, por lo que decidió adoptar a un abuelo y darle la felicidad plena en los últimos días de su vida.
Piru prácticamente nació en la perrera, llegó allí recién nacido y nunca nadie se fijó en el. 9 años viviendo encerrado entre rejas, sin familia, sin cariño...
Cuando conocí a Piru, vi a un perro triste, apagado, sin brillo en los ojos, mirada perdida, con mucho miedo... y no pude resistirme en unirme a la causa y poner toda la carne en el asador para que además de haber encontrado una gran familia, disfrutase de una vida sin miedos, sin temores, siendo el perro que nunca tuvo la oportunidad de ser.
El primer día de evaluación, pude detectar que aunque con mucho miedo (en nivel Dios), curiosamente no presentaba ningún tipo de agresividad ni a perros ni a humanos, solo era miedo, un miedo que le tenia apoderado de tal manera que no se separaba de su propietario.
No se dejaba tocar (huia), si le mirabas incaba a la cabeza en el suelo y empezaba a temblar... nunca había interactuado en la calle, ni con humanos (solo los voluntarios de la perrera).
Empezando desde cero fui ganando
su confianza muy poco a poco (con comida por supuesto), sin invadirlo... y así hasta que acepto que me acercase.
En la segunda sesión ya me dejaba acariciar lo aunque con su cabeza muy baja y el rabo entre las piernas... ya empezó a interactuar con Sasha, luego con Urko (por separado)
Viendo el avance en tan poco tiempo y leyéndole al perro que tiene ganas de salir de ese infierno mental que tiene, hoy hemos realizado la tercera sesión con Sasha, Urko y Chloè!!!
A final de la sesión, en el momento de relax, llegó un cliente mío con su perro (Perro Lobo Checoslovaco). Urko advirtió de la presencia cuando lo vio al lejos y ladró desplazándose unos 20 metros corriendo. De seguida el resto, INCLUIDO PIRU, marchó con ellos al mismo ritmo a ver qué ocurría. Había hecho manada!
Nunca escribo tanto, pero es muy emocionante ver como un perro con 9 años que siempre vivió en una perrera, pueda mostrar estos cambios tan brutales en tan solo tres dias.
En tres sesiones, hemos logrado mucho gracias a la colaboración de mi manada, que como siempre hacen un trabajo de diez.
Yo no hago magia, no hay trucos, lo que si hay son perros equilibrados capaces de ayudar a otros. Yo solo guío, leo y dirijo una estrategia, pero los verdaderos rehabilitadores son sus mismos congéneres y en este caso mi Urko, mi Sasha y mi Chloè que se estrena cooperando con tan solo 9 meses. Para colmo, ha sido el culete más olido.
Vamos en buen camino, hasta ahora hemos logrado mucho más de lo que se podía esperar. Piru me ha dado mucha fuerza (un subidón que se llama), soy consciente de que podemos tener retrocesos, pero mi conexión con el me dice que no, que esto va a salir “de cojones”.
Mi satisfacción más grande de hoy, ha sido ver a Piru correr, sentarse, tumbarse, acudir a mi llamada, comer de las manos boca a boca con Urko, pasar entre otros perros, pero lo maximo y lo que me ha dado ese subidón, ha sido ver como su rabo apenas se esconde, como se deja masajear por mi sacándole el rabo de entre las piernas y dándole seguridad en su expresión corporal, LA MIRADA, esa mirada que comienza a cambiar, esa cara que se empieza a destensar... ese ha sido mi mejor pago, verle ir “contento” algo más seguro, con unos ojos que comienzan a brillar y con su cabeza un poco más erguida.
Vamos a por ello Piru!!! Tu, sigue confiando en mi colega! Bravo, bravo, bravo tío!!!!!!!!