A tí Javier. Hoy quiero dedicarte unas palabras. No me gusta exponerte en redes sociales, pero en esta ocasión es inevitable.
Ayer, Ana Montes captó este momento sin ni siquiera nosotros saber, que estábamos siendo fotografiados.
Quizás sea una de las fotos más bonitas que jamás tendremos, y estoy convencido que será un gran recuerdo para ti.
Eres un perrero enfermizo. Tienes un don especial con los perros. Conoces su lenguaje, sabes como
tratarlos con respeto, el miedo no existe en ti.
El ańo pasado, cuando me operaron de la cadera y me implantaron una prótesis, te ocupaste de nuestra manada con una responsabilidad insuperable. Prescindiste de tus vacaciones para cuidarme mientras mamá trabajaba. Me ayudabas en mis ejercicios de rehabilitación todos los días...
A tus 10 ańos eres un hombrecito responsable, educado y noble. Ahora que comienzan tus vacaciones, has decidido entrenar tu lectura comprensiva con el temario para “adiestrador canino” y leer libros sobre psicología y conducta canina de modus propio... y me encanta tu iniciativa porque aunque estudies el día de mañana una carrera, en esta vida siempre hay que tener un plan B. Por lo que como padre, es una tranquilidad para mi, saber que eres un fiera y que jamás te va a faltar un plato de comida.
Nunca olvidaré cuando decidí ayudar a un Pit Bull adoptado de perrera que había sido sparring de peleas estando aún convaleciente, apenas mes y medio de mi operación. Aún andaba con muletas y casi no tenía fuerzas para agarrar un chihuahua. Como eres un agaporni que no te quitas de mi lado, me acompañaste para leer al perro y vimos que no había peligro de agresividad.
Cierro los ojos y me veo sentado en un banco agarrado a mis bastones mientras trabajabas con el perro bajo mis indicaciones y supervisión. Lo salvaste Javier, cambiaste su mente, lo sacaste de la mierda...
Detrás de este perro, vinieron otros muchos, y continuastes a mi lado, aprendiendo juntos y disfrutando de esta pasión.
El confinamiento ha hecho que estemos 24h sin separarnos y hemos “perreado” 24/7
Ayer con Bowie volviste a demostrar tu esencia. Caminando y controlando a un perro enorme que a tu lado parecía un caballo... comunicando con él y ayudándole a ser un buen perro.
Me tienes loco mi nińo, hablamos de vínculos con los perros, pero también existe el vínculo entre humanos, y el nuestro es más que inquebrantable.
Yo, tu padre, estoy muy orgulloso de ti, de que compartas esta loca afición por los perros conmigo que nadie te ha inculcado. Eres un Makina!!!. Te quiero hijo, te quiero mucho. Estas ayudando a muchos perros que lo necesitan y eso siempre quedará en tu interior, en tu sentimiento perruno que siempre te acompañará, Viviendo en Manada.
Ana, muchísimas gracias por captar este momento, esa complicidad entre nosotros... uffff sin palabras. Esta foto, siempre ira con nosotros. Gracias de corazón, aunque parezca una simple foto para algunos, para mi es más que una foto, es un instante de nuestra perra vida, congelado para siempre.