Tizon como buen PDAE es brutalmente listo. En obediencia es un crack. Tras una sesión de 1h 30min tuve claro que su problema es “ansiedad por separación” y excesiva dependencia de su humano. Tras varias pruebas, corroboramos que había que trabajar en esta línea.
Hemos marcado unas pautas iniciales para la convivencia y el día a día entre ambos. Un trabajo que dependerá al 90% de la actitud de su propietaria para que Tizon rompa esa barrera psicológica y comience a ser un perro equilibrado, seguro de sí mismo y sin miedo a estar solo.
El PDAE es una raza con mucha tendencia a coger ansiedad por separación. Sus antepasados están grabados a fuego en su ADN. Existen diversas teorías sobre el origen de la raza, la más aceptada considera que es una raza arcaica introducida en Europa durante la invasión islámica de la península ibérica iniciada en el año 711.
Naturalmente entró por el sur (de ahí su otro nombre; Turco Andaluz), estableciéndose en Andalucía donde procreó y se asentó en todo el territorio de Al-Ándalus.
Utilizado principalmente como perro pastor y de guarda, su vida se arraiga al lado de un solo humano (el pastor), con una vida muy rural y apartado de la sociedad, siendo esta raíz el principal desencadenante para que está raza sea propensa a sufrir trastornos, dependencia de su humano y ansiedad por separación.
Aunque la raza ha evolucionado, esto queda intrínseco en la identidad de la misma, por lo que siempre es recomendable la socialización temprana y cuidar mucho el apego emocional hacia el propietario.
Vamos a darlo todo en pro de ayudar a Saray y a Tizón para que disfruten de una estabilidad emocional entre ambos y sobre todo, para que Tizon sea un perro feliz, sin dependencias emocionales y disfrutando de ser perro.
