Comenzamos la rehabilitación de Keke, un mix de Pit Bull con 2 años de edad.
Este perro acumula un alto nivel de estrés y una muy alta energía, lo que le conlleva a falta de comunicación y concentración.
Un perro de ciudad, con sobrepeso y con muchas necesidades básicas que cubrir para sentirse perro.
Su carácter es afable y bonachón, pero necesitamos que su propietaria adquiera el vínculo necesario y el control que le lleven a generar el autocontrol necesario en Keke para que comience a estabilizar sus emociones.
Al estar necesitado de relacionarse y viendo el buen carácter que presenta, decidí meterle a un perro que por un lado fuese equilibrado, noble, juguetón y que le hiciese correr para desgastar energías. Por lo que he tirado de mi Mali favorito “Lobo”, el cual con apenas 5 meses me ha demostrado en reiterarme que todo lo aprendido conmigo durante su programa de cachorros y que sigue aprendiendo en sus sesiones de obediencia, han surtido efecto.
Curiosamente Lobo en minutos se ha convertido en un buen referente para Keke. Es increíble que un cachorro convierta en seguidor a un perro adulto que no se separaba de su lado, incluso en dos ocasiones, Lobo siendo tan pequeño, ha “corregido” su intensidad.
Keke ha disfrutado hoy de ser perro, de correr en 14.000 metros cuadrados para el solo, de oler, de jugar y de relacionarse.
Seguiremos dándolo todo para que Keke rompa todas sus barreras psicológicas y sea un perro equilibrado y feliz.
Por supuesto ni que decir queda, agradecer a Juan por haberse sumado hoy a esta sesión (que solo he tenido que levantar el teléfono) y prestarse con Lobo a ayudarme en el comienzo de la rehabilitación de Keke.
Muchas gracias de corazón!