Tras haber analizado su comportamiento casi dos horas, he concluido que solo tiene miedo al contacto físico.
En una hora logré poder ganar su confianza y acariciarla por todas partes, aunque en momentos que nos desconectábamos, “al imprevisto” se sobresaltaba de miedo...
Su propietaria quería asegurarse que la convivencia con su Pastor Alemán de 13 años podría ser óptima y tras leer a los dos perros, me encantó todo lo que vi.
Llevan tres días juntos y parece que se conociesen de siempre. Su relación es perfecta.
Sasha una vez tomado el contacto, es otro perro totalmente distinto. Es confiable, alegre, amistosa... parece mentira para la vida que ha llevado.
Por lo que concluyo con su propietaria que no deben tener problemas para relacionarse y convivir entre ellos.
Le he dejado unas pautas y algunos ejercicios para que Sasha comience a ser más perro y ganar un vínculo inquebrantable con la familia.
En los próximos días, voy a introducirla en mi manada para ver cómo se relaciona con otros perros, asegurarnos más el pronóstico y así poder saber más cosas de ella.
Gracias May por confiar en Vivir en manada