Y digo “lo que parecía” porque Mel no la necesita. Su propietaria me contacto pensando que tenía una perra “desastre” y algo agresiva. Nada más ver cómo actúo conmigo desde mi entrada, se asombró de ver a una perra totalmente distinta y centrada.
Y es que, la comunicación “bidireccional” es lo más importante para entendernos con nuestro perro. Nosotros hablamos en un idioma, ellos hablan en el suyo (gestual) y si la comunicación no circula entre ambos, el perro desarrolla conductas inapropiadas que en muchas ocasiones se confunden con lo que no lo son y la culpa la tienen luego ellos.
Nada más evaluar a Mel en media hora supe a ciencia cierta que tenía ante mi a una perra sin ningún tipo de problemas.
Por eso, vamos a ayudar a Marina, su propietaria a generar el binomio perfecto con su perrita Mel, una Tekkel llena de vida, con muchas ganas de currar, de ser perro y de ser feliz.
Mel reboza emociones por los cuatro costados, es una perra con muchas revoluciones, que si se saben controlar desde el respeto y aprendiendo a ser un poco más perro (dejando el humano que llevamos dentro a un lado), Mel va a ser una Súper-Perra, de eso no me cabe la menor duda.
Muchas gracias Marina por confiar en Vivir en Manada, ya hemos comenzado tu cambio, y en breve Mel, te ofrecerá todo lo mejor de ella.
Seguimos!