Él solo quiere trabajar, trabajar y trabajar. Todo se le queda corto. Solo hay que decirle las cosas dos veces para que sepa hacerlas. Menuda genética tiene mi amigo!
Su propietaria Ana ha currado muchísimo y esa parte también es influyente en los resultados.
Ahora se va a incorporar a uno de los grupos de socialización y preadiestramiento para cachorros de la escuela de Vivir en Manada. Así que podré seguir disfrutando mucho de él.
Gracias Ana por confiar en Vivir en Manada
Seguimos!