En un principio pensaba que tenía que rehabilitarle de conductas indeseadas y finalmente ha habido que habilitar de herramientas, típs y crear una estructura sólida con su propietaria Marina ya que Mel, no presentaba ningún problema que rehabilitar.
En muchas ocasiones, los humanos a falta de manejo y control de su perro llegan a crear una burbuja de desentendimiento entre ambas partes, siendo la frustración la que florece entre perro y humano.
La comunicación con el perro es clave y la emoción es el primer eslabón de la cadena para que todo fluya.
Ahora Marina tiene las pautas y claves necesarias para comenzar a disfrutar de Mel como ella se merece. Me alegra que me haya transmitido los cambios en tan solo 15 días. Ahora Mel, va a pasar a formar parte de uno de los grupos de socialización y obediencia para que aprenda a relacionarse con otros perros, ya que debido a la sobreprotección no ha tenido esa oportunidad, aunque hoy ya ha comenzado a hacerlo en un escenario controlado con perros de mi escuela.
Gracias Marina por confiar en Vivir en Manada.
Seguimos!!!