El adulto se presenta con un carácter de cocker muy distinto. Su edad le hace ser tranquilo y silencioso pero con esa distancia permanente de los humanos que tanto caracteriza a esta raza.
El cachorro presenta inseguridad y miedo a las relaciones sociales en un alto nivel, con ladrido excesivo pero a la vez la inocencia de su edad, que tanto va a ayudar en el proceso.
Según me comentan sus propietarios, ladran a los perros en los paseos y se tiran a ellos, algo que el adulto nunca había hecho pero que está copiando curiosamente del pequeño.
Tras la primera evaluación ambos perros me seguían y paseaban en silencio detrás mía tomando mi referencia.
Les enfrento con una valla de por medio a 4 perros que ladran en exceso y los dos cockers sin alterar el paseo y sin ladridos continúan trabajando conmigo.
Tras dar pautas a sus propietarios, toman el control y realizan el ejercicio por tres veces sin incidentes. A continuación trabajamos una llamada “natural” y los perros dan una efectividad de nivel alto, algo que tampoco respondían cuando se les llamaba.
Les tuve durante una hora en un recinto apartado de sus propietarios (350 metros) y según me dicen sus propietarios es imposible que no ladraran por la dependencia que presentan (hiperapego).
Acabamos la sesión sin ladridos, en silencio con ambos perros tumbados en posición de relax. Pautas marcadas y plan de acción definido.
La próxima semana continuaremos avanzando y afianzando conceptos.
Gracias Juanmi por confiar en Vivir en Manada
El cachorro presenta inseguridad y miedo a las relaciones sociales en un alto nivel, con ladrido excesivo pero a la vez la inocencia de su edad, que tanto va a ayudar en el proceso.
Según me comentan sus propietarios, ladran a los perros en los paseos y se tiran a ellos, algo que el adulto nunca había hecho pero que está copiando curiosamente del pequeño.
Tras la primera evaluación ambos perros me seguían y paseaban en silencio detrás mía tomando mi referencia.
Les enfrento con una valla de por medio a 4 perros que ladran en exceso y los dos cockers sin alterar el paseo y sin ladridos continúan trabajando conmigo.
Tras dar pautas a sus propietarios, toman el control y realizan el ejercicio por tres veces sin incidentes. A continuación trabajamos una llamada “natural” y los perros dan una efectividad de nivel alto, algo que tampoco respondían cuando se les llamaba.
Les tuve durante una hora en un recinto apartado de sus propietarios (350 metros) y según me dicen sus propietarios es imposible que no ladraran por la dependencia que presentan (hiperapego).
Acabamos la sesión sin ladridos, en silencio con ambos perros tumbados en posición de relax. Pautas marcadas y plan de acción definido.
La próxima semana continuaremos avanzando y afianzando conceptos.
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