Finalizamos con Caramelo. Este Labrador de apenas año y medio presentaba muchísima ansiedad y estrés acumulado. Se hacía sus necesidades en casa y saltaba encima de las personas como si no hubiera un mañana, vamos, todo un torbellino sin control.
Tras 21 días y tres sesiones, Caramelo ha liberado estrés y esa ansiedad que le tenía descontrolado siguiendo nuestra metodología. Sus propietarios me transmiten los cambios que ha dado y ahora comenzamos una nueva etapa; la de la obediencia.
Caramelo comenzará en breve en uno de nuestros grupos de obediencia y socialización para completar su rehabilitación. Una manera de seguir generando emociones en el perro, afianzar vínculos y a la vez divertida para ambos.
Muchas gracias María José por confiar en Vivir en Manada la educación de vuestro perro.
Seguimos!