Su propietaria me contactó principalmente porque los paseos se hacían imposibles además de la brutalidad con la que su perra actuaba constantemente. Kaira mordía las correas y ponía a su propietaria a patinar (literalmente).
Tras evaluarla Kaira presentaba muchísimo estrés, ansiedad, e inseguridad. Por lo que nos pusimos a trabajar en eso.
Sin explicar correa, ni manejos, ni control; simplemente trabajando la raíz que ocasiona el problema; a las 48h, Sara me remitió un vídeo donde se veía un paseo más que perfecto, Kaira no tiraba de la correa.
Tras pasar 21 días, Kaira y Sara han encontrado la conexión; han establecido un vínculo sano y respetuoso, asentada unas bases, trabajan juntas, su comunicación es bidireccional, ambas se entienden a la perfección y Kaira acude incluso el 100% a la llamada.
Kaira ya no tira de la correa. Ahora sabe caminar junto al guía, girar a la izquierda, a la derecha y hacer cambios de sentido caminando al lado.
Estoy súper orgulloso de este binomio, sobre todo de Sara, que aún trabajando mañana y tarde, ha sabido encontrar el tiempo necesario para que su perro esté equilibrada.
Ahora Kaira continuará conmigo trabajando en grupos de obediencia y socialización.
Cuando se quiere, se consigue; no hay excusas.
Muchas gracias Sara por haber confiado en Vivir en Manada.