Cuando el humano se lo propone, el perro lo consigue. Muchos propietarios pretenden solucionar los problemas de conducta de sus perros en tres días; sin trabajo, sin esfuerzo, sin involucración. Solo con ir al profesional ya es suficiente. Y no, no es así.
Hay muchos problemas que sí, que un buen profesional puede solventar en tres sesiones, pero otros muchos son un trabajo de campo bastante arduo, si queremos hacerlo por supuesto respetando el bienestar del animal y desde el punto psicológico del perro, no del conductual.
Cuando un perro ocasiona un problema de conducta, no hay que ir al problema para buscar la solución, sino buscar “que” lo está ocasionando. El problema de conducta solo es la consecuencia de lo que ocurre en la mente del perro.
Y así hemos trabajado con Fox. Un cruce de Malinois con Pastor Alemán adoptado con 3 ańos con una cadera rota y operada a consecuencia de malos tratos.
En este vídeo podréis ver un pequeño resumen de los 6 primeros meses de su rehabilitación. Actualmente seguimos trabajando con Fox (llévanos 1 año en total), afinando ciertos aspectos (que cualquier perro de hoy día puede tener, nada grave) pero su evolución es casi de un 30% más que en los cambios que apreciareis en el vídeo (últimamente no grabamos).
Este es el ejemplo vivo de un matrimonio que ha entregado su vida a salvar un perro que adoptaron con problemas de conductas muy graves (llegando a sentir en algunas ocasiones incluso miedo hacia Fox).
El ejemplo puro que demuestra que “el que la sigue la consigue”, “que las cosas de palacio van despacio”, “que no por antes madrugar amanece más temprano”, “que sin prisas pero sin pausa”, “que querer es poder”… y de miles de refranes más que se me vienen a la cabeza.
Este tipo de perro, en el 90% de los casos van devueltos a la perrera de donde vino. Pero Juande y Sofia no dudaron ni un minuto en seguir adelante y no desistir. Querían y necesitaban ayudar a Fox.
Fox llegó a mí el 18/12/20, tras pasar por tres adiestradores. Hoy día puedo decir, que Fox siempre estará grabado en mi corazón, no por su rehabilitación, sino por cómo me mira ahora y por como me miraba cuando le vi por primera vez.
Cuando este perro me mira fijamente, me revuelve todos los sentimientos. Es inexplicable lo que este perro significa para mi (y eso que no me lo ha puesto fácil) Su mirada perdida y penetrante ahora es amigable y con muchos momentos de ternura. Antes quería morder al humano, ahora pide que le acaricien.
Este es el caso más largo de toda la historia de Vivir en Manada. Probablemente, el caso más complejo debido a muchos aspectos que presentaba en sus inicios: falta de interés, la potencia del perro, la pulsión altísima que tenía, la nula gestión de los impulsos, el autocontrol inexistente, apatía, desconfianza, alto nivel de agresividad a perros y humanos, antecedentes de maltratos, la raza…
Hoy día, Fox convive con su familia como el perro “del sueńo americano”. Disfrutan juntos en salidas, corre por el campo, admite visitas en casa incluso de personas que no conoce, admite perros en distancias largas medias, cortas (excepto si le provocan en esta última), se deja oler el culo por otros perros, el también los huele …
Juande y Sofía, sois unos grandes! Lleváis un año dedicados íntegramente a Fox. Habéis trabajado cientos de horas que han dado muy buenas recompensas (y las que quedan aún).
Sin vosotros, nada de esto hubiese podido suceder. Mi máxima enhorabuena y ahora, solo nos queda continuar juntos en la rehabilitación de Fox y seguir haciéndole el perro tan feliz que es.
Como siempre digo, los propietarios son claves para una rehabilitación o modificación de conducta, si el propietario no va, el perro tampoco y en este caso, todos han ido a una.