Así acabó hoy en su segunda sesión Toby. Un PDAE reactivo (por miedos), que ladra intensamente a las personas y se lanza hacia ellas habiendo llegado a marcar.
En la primera sesión no dejaba de ladrarme y de abalanzarse.
Hoy Toby, decidió sentarse a mis pies. En dos sesiones, no le he tocado, no lo he mirado ni le ha dirigido la palabra. Solo me he movido y comportado como un perro; en su idioma, mandándole calma y respeto. El sabio lenguaje corporal.
Así me he ganado su confianza, llegando a sentarse en mis pies y dejándose caer contra mis piernas relajado como si de otro perro se tratase.
Energías señores. De eso los perros saben mucho, ellos son maestros.
Muy contento con el resultado hasta ahora. Su propietario Adri Pérez me transmite grandes cambios de comportamiento en casa. Ahora solo nos queda seguir trabajando sus miedos a las relaciones sociales y a su vez, eliminar esa barrera que tiene tan reactiva.
Seguimos!
