Segunda sesión de Rocky!. Seguimos tratando su antropomorfismo (humanización), y en esta ocasión, según el plan trazado, hemos introducido a Rocky en la manada de perros tutores de la escuela.
Al no estar acostumbrado a relacionarse con perros desconocidos, hemos tirado de Oliver, un Beagle con tan solo un ańo al que se le puede atribuir el adjetivo de “maestro” en relaciones sociales y juego.
Oliver comenzó conmigo a sus apenas tres meses y medio de edad. Desde el primer día que lo vi, le dije a su propietario; “este perro acabará ayudándome a modificar conductas”, y no me equivoqué!
Hoy día, es un perro que presenta una socialización de sobresaliente. Este Beagle lo hace muy fácil; marca muy bien los tiempos, mantiene bien las distancias de seguridad, sabe soportar y admite errores de terceros… en definitiva, es mi anfitrión de juegos.
Gracias a Oliver, Rocky paso de enseñar los dientes y pedir distancias a admitirle como colega..: poco a poco vamos entrando en ese estado que buscamos .
Ahora Rocky, se va a unir a uno de los grupos de socialización y obediencia urbana de la escuela para continuar puliendo aspectos y detalles que harán de Rocky un perro más seguro y feliz.
Seguimos!!!